No te rindas nunca y confía en ti y tus sueños
Si estas leyendo esto y te gustan los videojuegos probablemente tu historia sea muy similar a la mía.
Mi historia habla sobre grandes sueños y grandes caídas.
Desde pequeño, tal vez incluso antes, mi única meta era diseñar videojuegos, me pasaba el día soñando con un futuro lleno de metas y logros.
Las horas en clase las dedicaba a meditar sobre las posibles historias que crearía en el futuro y cada vez que llegaba a casa y me ponía la consola o jugaba con muñecajos pensaba en esas historias y en ese futuro.
Pero no es un camino fácil y a veces las dificultades se presentan inesperadamente.
Superar el colegio y llegar al instituto siendo un soñador no es fácil. Allí conoces gentes de todo tipo con también sueños y esperanzas... Con el paso de los cursos en el instituto te das cuenta de que la mayoría de la gente ha perdido sus sueños y con ello, sus esperanzas. Comienzas a ver gente inteligente repitiendo y amigos felices metiéndose en entornos destructivos.
Tal vez piensas que algún profesor te puede ayudar en esa etapa tan difícil donde tus sueños comienzan a romperse pero la mayoría no moverá un dedo por ayudarte, ni tan siquiera querrán charlar contigo porque te ven inferior, te ven más tontos que ellos y no creen que ese chico con ideas descabelladas, poco comunes y notas mediocres logre sus metas en la vida... Probablemente te recordarán que no tienes futuro, como en mi caso, y te aconsejarán que estudies su materia y apruebes para acabar en la cola del paro... Esta clase de profesores no son mejor que tú y te miran de esa forma porque sus sueños se truncaron y jamas lograron sus metas. Si un profesor te mira así es porque la carrera que estudió no era su vocación y al igual que la mayoría sus sueños se cristalizaron y rompieron, olvidando quienes deberían ser.
Siempre suele haber, o al menos me gusta pensar así, un profesor distinto, que no te ve como alguien inferior, que te ayuda a elegir tu camino y a no olvidar ese sueño de la infancia, ese sueño que te hace ser inocente y te da fuerzas para levantarte cada día y superar las pruebas de la vida.
En mi caso no encontré un profesor así... Pero se... Que están...
Abandoné mi instituto en cuanto pude, nada podían enseñarme allí, mis notas, realmente mediocres, no me permitían hacer gran cosa con mi vida así que, cuando finalicé la E.S.O.(Educación Secundaria Obligatoria) Ni me planteé meterme a bachillerato para repetir asignaturas que nada me atraían.
Decidí pues estudiar una formación profesional y empecé a estudiar un campo muy amplio, la informática. La mayoría de cosas ya las había aprendido por mi cuenta, conque sacar notas altas no me supuso una gran dificultad.
Comencé entonces en esta formación profesional a ver mi verdadera vocación, que normalmente esta relacionada con tus sueños infantiles. Descubrí la programación.
Comencé con cosas muy básicas para MS-DOS, un sistema operativo ya obsoleto en mi tiempo, cuando mi profesor de sistemas operativos vio que en sus clases, mientras nos enseñaba las nociones básicas de MS-DOS y sus comandos, yo intentaba modificarlo, todo lo que se dejaba, generardo scripts que ejecutaran órdenes mas complejas de las explicadas. Muchas veces el profesor me pillaba viendo la ayuda de comandos explicados en clase para ver todas las opciones que me brindaban.
Aquellos fueron tiempos maravillosos que recuerdo con orgullo. Mis notas solo crecían y mi sueño cada vez era más alcanzable.
Entonces llegó el gran Linux y entonces si me dibertí. Su potente compilador de C me fascinó y para mi ir a clase era trastear más que atender... Tal vez eso me perjudicara en no sacar dieces pero... Eso me volvía más sabio.
Entonces bueno las bases de datos me sorprendieron y fue el punto sobre la i. Ya habían quedado atrás el instituto y sus odios. Porque el instituto lo siento mucho, no debería ni de ser obligatorio... Los profesores desprenden odio y los críos también, hacerte un grupo de amigos es difícil si no quieres entrar en ese círculo de odio y si solo te juntas con dos personas te llaman marginado...
En fin la informática me encantó y decidí que mi perfil profesional se especializaría en la programación.
Después de eso comencé otro ciclo formativo, esta vez superior. Destinado única y exclusivamente a la programación.
Cuando lo finalicé decidí ganar algo de dinero con las experiencias aprendidas y no me costo trabajo encontrar empleo, dos días antes de finalizar mis prácticas laborales ya había encontrado una empresa de programación web para pasar el verano.
Tras eso decidí tomarme un mes de vacaciones con el dinero ganado(siempre ahorrando) y a la vuelta bueno, encontré mi actual puesto de trabajo(mi tutora(a la que estoy agradecido y orgulloso de conocer) me llamó para la oferta)
Y bueno esa es mi vida, para nada triste. Sinceramente me siento orgulloso con mi historia y solo 22 años.
Sin duda he sido exigente conmigo mismo y me he marcado sueños casi imposibles. Porque contra más imposible es el sueño más grande te conviertes.
Por fin me dedico a los videojuegos, y a la par trabajo de telecomunicaciones en una de las empresas pioneras de mi país.
Me siento orgulloso ^-^ y por fin le puedo decir a esos profesores y compañeros de clase, que me llamaron mediocre y fracasado, que soy superior a ellos y que mis sueños ya se han hecho realidad.
Mi próxima meta es dedicarme exclusivamente a los videojuegos... Llevará tiempo y será duro el camino pero la moraleja de esta historia, la gran verdad siempre presente en mi vida y marcada a fuego con mi propio sudor es... No te rindas nunca y confía en ti y tus sueños...
Mi historia habla sobre grandes sueños y grandes caídas.
Desde pequeño, tal vez incluso antes, mi única meta era diseñar videojuegos, me pasaba el día soñando con un futuro lleno de metas y logros.
Las horas en clase las dedicaba a meditar sobre las posibles historias que crearía en el futuro y cada vez que llegaba a casa y me ponía la consola o jugaba con muñecajos pensaba en esas historias y en ese futuro.
Pero no es un camino fácil y a veces las dificultades se presentan inesperadamente.
Superar el colegio y llegar al instituto siendo un soñador no es fácil. Allí conoces gentes de todo tipo con también sueños y esperanzas... Con el paso de los cursos en el instituto te das cuenta de que la mayoría de la gente ha perdido sus sueños y con ello, sus esperanzas. Comienzas a ver gente inteligente repitiendo y amigos felices metiéndose en entornos destructivos.
Tal vez piensas que algún profesor te puede ayudar en esa etapa tan difícil donde tus sueños comienzan a romperse pero la mayoría no moverá un dedo por ayudarte, ni tan siquiera querrán charlar contigo porque te ven inferior, te ven más tontos que ellos y no creen que ese chico con ideas descabelladas, poco comunes y notas mediocres logre sus metas en la vida... Probablemente te recordarán que no tienes futuro, como en mi caso, y te aconsejarán que estudies su materia y apruebes para acabar en la cola del paro... Esta clase de profesores no son mejor que tú y te miran de esa forma porque sus sueños se truncaron y jamas lograron sus metas. Si un profesor te mira así es porque la carrera que estudió no era su vocación y al igual que la mayoría sus sueños se cristalizaron y rompieron, olvidando quienes deberían ser.
Siempre suele haber, o al menos me gusta pensar así, un profesor distinto, que no te ve como alguien inferior, que te ayuda a elegir tu camino y a no olvidar ese sueño de la infancia, ese sueño que te hace ser inocente y te da fuerzas para levantarte cada día y superar las pruebas de la vida.
En mi caso no encontré un profesor así... Pero se... Que están...
Abandoné mi instituto en cuanto pude, nada podían enseñarme allí, mis notas, realmente mediocres, no me permitían hacer gran cosa con mi vida así que, cuando finalicé la E.S.O.(Educación Secundaria Obligatoria) Ni me planteé meterme a bachillerato para repetir asignaturas que nada me atraían.
Decidí pues estudiar una formación profesional y empecé a estudiar un campo muy amplio, la informática. La mayoría de cosas ya las había aprendido por mi cuenta, conque sacar notas altas no me supuso una gran dificultad.
Comencé entonces en esta formación profesional a ver mi verdadera vocación, que normalmente esta relacionada con tus sueños infantiles. Descubrí la programación.
Comencé con cosas muy básicas para MS-DOS, un sistema operativo ya obsoleto en mi tiempo, cuando mi profesor de sistemas operativos vio que en sus clases, mientras nos enseñaba las nociones básicas de MS-DOS y sus comandos, yo intentaba modificarlo, todo lo que se dejaba, generardo scripts que ejecutaran órdenes mas complejas de las explicadas. Muchas veces el profesor me pillaba viendo la ayuda de comandos explicados en clase para ver todas las opciones que me brindaban.
Aquellos fueron tiempos maravillosos que recuerdo con orgullo. Mis notas solo crecían y mi sueño cada vez era más alcanzable.
Entonces llegó el gran Linux y entonces si me dibertí. Su potente compilador de C me fascinó y para mi ir a clase era trastear más que atender... Tal vez eso me perjudicara en no sacar dieces pero... Eso me volvía más sabio.
Entonces bueno las bases de datos me sorprendieron y fue el punto sobre la i. Ya habían quedado atrás el instituto y sus odios. Porque el instituto lo siento mucho, no debería ni de ser obligatorio... Los profesores desprenden odio y los críos también, hacerte un grupo de amigos es difícil si no quieres entrar en ese círculo de odio y si solo te juntas con dos personas te llaman marginado...
En fin la informática me encantó y decidí que mi perfil profesional se especializaría en la programación.
Después de eso comencé otro ciclo formativo, esta vez superior. Destinado única y exclusivamente a la programación.
Cuando lo finalicé decidí ganar algo de dinero con las experiencias aprendidas y no me costo trabajo encontrar empleo, dos días antes de finalizar mis prácticas laborales ya había encontrado una empresa de programación web para pasar el verano.
Tras eso decidí tomarme un mes de vacaciones con el dinero ganado(siempre ahorrando) y a la vuelta bueno, encontré mi actual puesto de trabajo(mi tutora(a la que estoy agradecido y orgulloso de conocer) me llamó para la oferta)
Y bueno esa es mi vida, para nada triste. Sinceramente me siento orgulloso con mi historia y solo 22 años.
Sin duda he sido exigente conmigo mismo y me he marcado sueños casi imposibles. Porque contra más imposible es el sueño más grande te conviertes.
Por fin me dedico a los videojuegos, y a la par trabajo de telecomunicaciones en una de las empresas pioneras de mi país.
Me siento orgulloso ^-^ y por fin le puedo decir a esos profesores y compañeros de clase, que me llamaron mediocre y fracasado, que soy superior a ellos y que mis sueños ya se han hecho realidad.
Mi próxima meta es dedicarme exclusivamente a los videojuegos... Llevará tiempo y será duro el camino pero la moraleja de esta historia, la gran verdad siempre presente en mi vida y marcada a fuego con mi propio sudor es... No te rindas nunca y confía en ti y tus sueños...
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